Canto I Gaucho Martín Fierro- Jorge Cafrune

Capítulo primero del Martín Fierro, interpretado por Jorge Cafrune:
(Tengan en cuenta que la letra puede variar en alguna expresión, dado que es una interpretación)

https://www.youtube.com/watch?v=UzfoPks24bs

El gaucho Martín Fierro

José Hernández (1834-1886)

Canto I   

Aquí me pongo a cantar 
al compás de la vigüela, 
que el hombre que lo desvela 
una pena estrordinaria 
como la ave solitaria 
con el cantar se consuela. 

Pido a los santos del cielo 
que ayuden mi pensamiento: 
les pido en este momento 
que voy a cantar mi historia 
me refresquen la memoria 
y aclaren mi entendimiento. 

Vengan santos milagrosos, 
vengan todos en mi ayuda, 
que la lengua se me añuda 
y se me turba la vista; 
pido a mi Dios que me asista 
en una ocasión tan ruda. 

Yo he visto muchos cantores, 
con famas bien otenidas, 
y que después de alquiridas 
no las quieren sustentar. 
Parece que sin largar 
se cansaron en partidas. 

Mas ande otro criollo pasa 
Martín Fierro ha de pasar; 
nada lo hace recular 
ni las fantasmas lo espantan, 
y dende que todos cantan 
yo también quiero cantar. 

Cantando me he de morir, 
cantando me han de enterrar, 
y cantando he de llegar 
al pie del Eterno Padre; 
dende el vientre de mi madre 
vine a este mundo a cantar. 

Que no se trabe mi lengua 
ni me falte la palabra; 
el cantar mi gloria labra 
y, poniéndome a cantar, 
cantando me han de encontrar 
aunque la tierra se abra. 

Me siento en el plan de un bajo 
a cantar un argumento; 
como si soplara el viento 
hago tiritar los pastos. 
Con oros, copas y bastos 
juega allí mi pensamiento. 

Yo no soy cantor letrao, 
mas si me pongo a cantar 
no tengo cuándo acabar 
y me envejezco cantando: 
las coplas me van brotando 
como agua de manantial. 

Con la guitarra en la mano 
ni las moscas se me arriman; 
naides me pone el pie encima, 
y, cuando el pecho se entona, 
hago gemir a la prima 
y llorar a la bordona. 

Yo soy toro en mi rodeo 
y torazo en rodeo ajeno; 
siempre me tuve por güeno 
y si me quieren probar, 
salgan otros a cantar 
y veremos quién es menos. 

No me hago al lao de la güeya 
aunque vengan degollando; 
con los blandos yo soy blando 
y soy duro con los duros, 
y ninguno en un apuro 
me ha visto andar tutubiando. 

En el peligro, ¡qué Cristo! 
el corazón se me enancha, 
pues toda la tierra es cancha, 
y de eso naides se asombre: 
el que se tiene por hombre 
donde quiera hace pata ancha. 

Soy gaucho, y entiéndanló 
como mi lengua lo esplica: 
para mí la tierra es chica 
y pudiera ser mayor; 
ni la víbora me pica 
ni quema mi frente el sol. 

Nací como nace el peje 
en el fondo de la mar; 
naides me puede quitar 
aquello que Dios me dio: 
lo que al mundo truje yo 
del mundo lo he de llevar. 

Mi gloria es vivir tan libre 
como el pájaro del cielo; 
no hago nido en este suelo 
ande hay tanto que sufrir, 
y naides me ha de seguir 
cuando yo remuento el vuelo. 

Yo no tengo en el amor 
quien me venga con querellas, 
como esas aves tan bellas 
que saltan de rama en rama, 
yo hago en el trébol mi cama, 
y me cubren las estrellas. 

Y sepan cuantos escuchan 
de mis penas el relato, 
que nunca peleo ni mato 
sino por necesidá, 
y que a tanta alversidá 
sólo me arrojó el mal trato. 

Y atiendan la relación 
que hace un gaucho perseguido, 
que padre y marido ha sido 
empeñoso y diligente, 
y sin embargo la gente 
lo tiene por un bandido. 





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